¿Existe una “identidad antártica”? Es la interrogante que busca responder Gabriela Roldán, del Centro de Estudios e Investigaciones Antárticas (Gateway Antarctica) de la Universidad de Canterbury, Nueva Zelandia, quien recientemente se adjudicó una beca del Consejo de Administradores de Programas Antárticos Nacionales (Comnap, por su sigla en inglés) para permanecer durante tres meses en el Instituto Antártico Chileno como parte de la primera residencia de ciencias sociales.
Roldán, que pertenece al grupo de investigación sobre las ciudades antárticas (puertas de entrada al Continente Blanco) investigará la relación de la ciudadanía y dicho continente. La experta brinda algunos detalles acerca del proyecto.
¿Qué características debiese tener un habitante de una ciudad puerta de entrada a la Antártica?
“Tuve mucha suerte de haber trabajado en las cinco ciudades entrada al Continente Blanco (Ushuaia, Punta Arenas, Ciudad del Cabo, Christchurch, Hobart). Para mí, el habitante de estas ciudades tiene que estar comprometido con esta conexión y esta relación, no solo en información y educación, sino también con su propio comportamiento y su discurso. Existen muchos discursos nacionalistas, y existen cuatro ciudades que se encuentran en países reclamantes. Muchas veces, acusan a los latinos de ser un poco más apasionados en el tema del nacionalismo antártico, pero todos tienen intereses políticos respecto de la Antártica”.
¿Qué actividades en particular debiesen hacer los habitantes de estas ciudades?
“A mí me gustaría que el ciudadano de estas ciudades esté compenetrado con la Antártica, desde todo punto de vista. Aquí no solo podemos hablar de la información, sino en el día a día. Se debe elegir una forma de vivir; por ejemplo, muchas de las ciudades están prohibiendo el uso de las bolsas de plástico. Esto es un avance, pero el ciudadano debería solicitar otras medidas y no quedarse con la que les entregan solamente. Quizás el uso de energías alternativas y medios de transporte más amigables sería un buen ejemplo”.
¿Cómo se ven las puertas de entrada a futuro?
“Los cambios se han sucedido a partir de los años noventa y, definitivamente, desde el 2000. Algunas de las ciudades se despertaron recientemente, por el hecho de que hay mucho tráfico a o desde la Antártica a través de ellas. Uno de los cambios más importantes que se han sucedido desde la década de los noventa hasta el 2000, fueron las mejoras en infraestructura y transporte.
La definición de ciudad puerta es, además, un poco ambigua y muy amplia, entonces se malinterpreta que se puede hacer mucho trabajo e incentivar un comercio de logística, ciencia y educación. No debemos tener miedo a la frase hacer negocio antártico, ya que existe, hay que aprovecharla si uno tiene un compromiso con la Antártica.
La actividad comercial en la Antártica tiene aspectos positivos y negativos. En estos momentos lo más comercial que se encuentra es el turismo y la pesca. Con respecto al turismo, siempre se lo ve con un dejo negativo por una posible contaminación y el número de gente. Pero, las personas que viajan a la Antártica, a su vez, se convierten en representantes de esta tierra, en embajadores”.