Uno de los mayores críticos de las grandes empresas de tecnología en el Congreso de los Estados Unidos, el senador Josh Hawley, presentó recientemente un proyecto de ley para limitar la capacidad de las redes sociales de usar características de diseño como desplazamiento infinito y reproducción automática de video, entre otras, que podrían generar adicción.
Si la ley se aprobara, las compañías tendrían que crear características que les permitan a los usuarios establecer límites sobre cuánto tiempo pasan mirando la pantalla. Asimismo, la Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos tendría el poder de castigar a las empresas que no cumplieran.
El proyecto de ley hace referencia directa a Facebook, Instagram y YouTube, pero se aplicaría a cualquier plataforma en la que los usuarios interactúen con contenido de terceros (con excepciones de listas de reproducción de música).
Impacto en la salud
Diversos estudios sugieren que estas plataformas pueden conducir al aislamiento social y a la depresión. Tristan Harris, ex trabajador de Google, concuerda con ello. En varias ocasiones Harris, quien hoy dirige una organización sin fines de lucro que espera reparar el daño, ha argumentado que la tecnología ha causado una crisis de salud pública.
La misma Google ofrece un conjunto de herramientas de bienestar digital para ayudar a los usuarios a “encontrar un equilibrio con la tecnología”, mientras que aplicaciones como ScreenTime, de Apple, permiten a las personas establecer límites diarios.
¿Quién es Josh Hawley?
Hawley es un político republicano que se ha hecho famoso al argumentar que confiar en la buena voluntad de las grandes empresas de tecnología no es suficiente. Además de este proyecto de ley, es autor de otro que busca otorgar al gobierno el poder de vigilar a Twitter por prejuicios políticos.
A su vez, ha introducido una legislación para proteger la privacidad de los datos de los niños. Otro proyecto de ley suyo, presentado en mayo, aborda las características adictivas de los videojuegos.
Según los analistas, si estos proyectos de ley progresan se demostraría cuánto impulso se está generando en Washington para que el gobierno intervenga en la tierra de las Big Tech.