¿Es posible piratear medicamentos genéticos? Un grupo de biohackers asegura que sí

Recientemente, un grupo internacional de biohackers anunció estar creando una imitación de una terapia génica valorada en un millón de dólares. El medicamento que están tratando de copiar es Glybera, medicamento que, cuando salió al mercado en 2015, se convirtió en la medicina más cara del mundo, con un precio de US$ 1 millón por tratamiento. Esto, poque Glybera fue la primera terapia génica aprobada para tratar una enfermedad hereditaria.

Ahora, una banda de biólogos independientes y aficionados aseguran haber diseñado un prototipo de una versión más simple y de bajo costo de Glybera, y planean recurrir a científicos universitarios y corporativos para ayudarlos a verificar, mejorar y probar el medicamento en animales.

“Fue desarrollado en un cobertizo en Mississippi, un almacén en Florida, una habitación en Indiana y una computadora en Austria”, asegura Gabriel Licina, un biohacker con sede en South Bend, Indiana, quien asegura que el prototipo de terapia génética costó menos de $7.000.

Los expertos informados sobre el proyecto de biohacking estaban divididos, y algunos lo calificaron como equivocado y consideran poco probable que funcione. Otros dicen que el costo excesivo de los tratamientos genéticos ha dejado a los pacientes sin opciones y ha creado un incentivo para piratear los avances genéticos.

“Es un gran problema ver a los biohackers enfocarse en las terapias genéticas porque las posibles consecuencias pueden ser bastante grandes. Pueden verse a sí mismos al servicio de los intereses de la comunidad de pacientes”, aseguró a Technology Review Rachel Sachs, profesora asociada de derecho de la Universidad de Washington en St. Louis y experta en precios de medicamentos.

Para hacerse una idea, este año la firma farmacéutica suiza Novartis introdujo otra terapia genética llamada Zolgesma para tratar la atrofia muscular espinal, con un precio de US$2,1 millones. Debido al costo, algunos padres han tenido problemas para obtenerlo para sus hijos y es poco probable que el tratamiento esté disponible en la mayor parte del mundo.