Actualmente, la disposición final de los desechos que contienen las baterías de litio es en cajas de concreto enterradas en la tierra. Nadie puede asegurar que en un futuro no se generen filtraciones que podrían hacer que el material contaminase las napas subterráneas o llegara a la superficie.
De ahí la relevancia de encontrar, en Chile, un método de reciclaje, económica y técnicamente sustentable, que además permita cumplir con los objetivos de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) o Ley de Reciclaje. Ese es el objetivo de una investigación desarrollada por el Instituto de Ciencias Químicas Aplicadas de la Universidad Autónoma de Chile, titulada “Valorización de desechos electrónicos (baterías de litio) para la competitividad industrial del reciclaje electrónico en la Región Metropolitana”.
María Luisa Valenzuela, directora del Instituto, explican que están terminando un informe de factibilidad técnica de escalamiento productivo. Este muestra cómo se determinó el grado de pureza de las muestras y evalúa el comportamiento de carga y descarga del material, comparándolo con el producto comercial en los laboratorios de Argonne, Estados Unidos, con positivos resultados.
La investigadora afirma que la reacción química que se produce dentro de una batería involucra varios elementos que son tóxicos para el ser humano y el medioambiente, por lo que su manejo es complejo y necesita de soluciones tecnológicas avanzadas a partir de investigaciones científicas de primer nivel. La técnica usada por el equipo de investigación UA-UC es la lixiviación ácida (uso de ácidos para disolver uno de los componentes del cátodo en las baterías), proceso que permite separar los metales contenidos en el material del cátodo (partes que posibilitan la reacción electroquímica) recuperando las materias primas de la batería.
El contenido de litio en una batería es casi del 7% mientras que en el material de extracción minera no supera el 0,2%, por lo que reciclarlo es tan importante como producirlo. La recuperación de litio y de otros metales escasos a partir de las baterías desechadas ofrece una oportunidad única.
“Uno de los objetivos de este proyecto es promover cambios culturales entorno al manejo de residuos con el objetivo de favorecer la utilización y el reciclaje de los materiales. Esto, que es un beneficio para el medioambiente, también permitirá recuperar componentes que son escasos y de uso en varios productos hoy. Hay mayores concentraciones de estos elementos —y posibles de recuperar— en una batería que, en las explotaciones mineras, lo que hace más rentable el proceso” señala Valenzuela sobre la factibilidad de la transferencia desde la academia a las empresas del sector.