La seguridad es de suma importancia para operar vehículos autónomos. No solo la seguridad de los pasajeros, sino también de los otros vehículos en la carretera, así como peatones y tráfico de bicicletas. Es por ello que, según los expertos, para obtener una aceptación generalizada, los problemas de seguridad de los vehículos autónomos deben resolverse a plena satisfacción del público.
Aunado a lo anterior, los analistas son enfáticos en que manejar la seguridad también implica asumir una gran cantidad de desafíos tecnológicos, legales y filosóficos, ya que es solo cuestión de tiempo antes de que estos “dispositivos” estén cada vez más presentes en las carreteras de diversos países.
“(La conducción autónoma) vendrá, pero no será instantánea. Todavía no hay suficientes datos para probar todo y entrenar en todo”, dice Judith Hurwitz, presidenta y directora ejecutiva de la consultora Hurwitz & Associates.
Para Hurwitz, basta con mirar lo que están haciendo los principales fabricantes de automóviles: General Motors recientemente invirtió US$ 100 millones en dos sitios de manufactura en Michigan para enfocarse en sacar de la línea a los Cruise AV autónomos. A su vez, otros fabricantes importantes, como Ford, BMW y Volvo, están igualmente interesados e invertidos en programas de vehículos autónomos.
Sin embargo, los expertos afirman que todavía es necesario dar el paso más importante: establecer un estándar de la industria para conducir de manera segura.